En la Mira

La sindicalización peruana en los tiempos de Ripley

Escrito por: Gustavo Vásquez.

Admitámoslo, estamos acostumbrados a ver por televisión bloqueos de carreteras en el Cuzco, huelgas de trabajadores en la Oroya o incluso levantamientos contra algún presidente regional en el sur del país. Son tan recurrentes estos eventos que ya forman parte de la programación habitual en los noticieros matutinos (claro, nunca tanto como el segmento “policiales” y la presentación del obituario de madrugada. ¿Nada como una buena dosis de sangre para empezar la mañana, no?). Bueno, esta vez, no hay enviado especial a la zona de conflicto o una crónica desde el “interior” del país. No, esta vez las manifestaciones se dieron en San Isidro y Pueblo Libre, a unos pasos de la Universidad Católica.

Antes, un poco de historia. Así como siempre se ha mencionado que el  peruano tiene un particular aprecio por la obra pública al momento de elegir  a sus autoridades (en desmedro de una evaluación por eficiencia), no hay nada más representativo que el boom de los centros comerciales o del sector retail en general  para avalar el accionar de la empresa privada dentro de la sociedad. Dicho crecimiento ha sido incluso tomado como un medio precursor en la descentralización e inclusión del país al permitir, por ejemplo, que las zonas periféricas de la capital tengan acceso a establecimientos considerados “exclusivos” hace algunos  años. Debido a las altas tasas de consumo y a los dividendos que generan a las tiendas, hoy en día no es extraño encontrarse con titulares como “Saga Falabella prevé contar con 114 tiendas en Perú entre los próximos tres y cinco años” o “Cencosud ratifica confianza en crecimiento de Perú y anuncia inversión por unos US$70M”. Es cierto, el Perú avanza, ¿pero a qué costo?

foto: larepublica.pe

El 5 y 6 de agosto, trabajadores sindicalizados de la empresa Ripley se congregaron en horas de la mañana en las tiendas de San Isidro y Plaza San Miguel exigiendo un aumento salarial de 600 soles y el pago por concepto de horas extras, entre los puntos más resaltantes de un pliego de reclamos de 30 puntos en total. Actualmente, el personal  de ventas y caja percibe un salario base de 100 soles. El sindicato denunció que en 14 años de actividad en nuestro país, la empresa chilena nunca ha incrementado los sueldos aduciendo que hay problemas financieros a pesar que son sabidos sus planes de expansión en los próximos años. “Ripley tiene dos discursos. Por un lado, se muestra hacia el cliente como una empresa arrolladora y lujosa, y por el otro, le dice al trabajador que hay pérdidas y que por eso no puede atender reclamo” declaró el cajero Giancarlo Cornejo al semanario Hildebrant en sus Trece (12/08/11).

En medio de esta situación, el Ministerio de Trabajo instó a las dos partes en conflicto a llegar a un acuerdo mediante la creación de una mesa de diálogo, con propuestas claras y beneficiosas para todos. Ante esta situación, la respuesta oficial de Ripley, a traves del Gerente de Recursos Humanos, Eduardo Castillo, fue que la empresa consideraba “excesivo” el pliego de reclamos por representar a la empresa un gasto de 24 millones 900 mill soles, inviable en estos momentos.

Los trabajadores amenazaron con realizar más plantones si las negociaciones no llegaban a buen puerto. Finalmente, el 14 de septiembre, tras 11 intensas jornadas de negociaciones de 9 horas cada una, se llegó un acuerdo entre las partes. En ese sentido, la empresa se compromete a incrementar de forma significativa la remuneración básica de los cajeros y el personal de ventas (de S/.100 a s/500), distribución y bodegas, principalmente, además de otros beneficios sindicales.

Ahora bien, como podemos observar, el hecho de estar sindicalizados les permitió alinear sus intereses y ser una sola voz ante los abuso de la empresa. Si bien esto no es una novedad, si es interesante resaltar que de un tiempo a esta parte no se tenía conocimiento de una lucha sindical de gran difusión en los medios tradicionales, ¿señales de cambio?. No obstante, también es cierto que muchas veces la sindicalización en algunos centros de trabajo ha entorpecido el proceso de negociaciones o alimentado las ansias de poder de los líderes de estos movimientos (el Sutep es el ejemplo más claro de esto último). ¿Qué opinas de la sindicalización? ¿Crees que es necesario que todas las empresas tengan sindicatos? ¿Qué otros mecanismos consideras pertinentes para afrontar un problema como el de Ripley?

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