Pido la palabra

Gestor: Espejo profesional y personal

Escrito por:  Armando Lanegra Viteri

En los últimos años, diversas universidades presentan a los estudiantes una nueva carrera en pregrado, Gestión, y para los profesionales se ofrece diversos estudios de postgrado sobre ella. Este “boom” de los estudios de Gestión se debe a la gran variedad de organizaciones que surgen y que requieren de profesionales con conocimientos para dirigirlas y con la aptitud de ser líderes en ellas.

Sin embargo, la palabra “gestión” ha sido relacionada a una mala o ineficiente “praxis”. Un ejemplo de ello es la incapacidad en la ejecución de presupuestos:

  1. El MININTER, Ministerio del Interior, no ha ejecutado gasto alguno en 44 proyectos, de un total de 45, para renovar la operatividad de la Policía Nacional del Perú el cual tiene como base dos ejes: la construcción, ampliación y equipamiento de comisarías en todo el país y la mejora en el servicio de investigación de las unidades policiales y oficinas especiales en diferentes regiones incluyendo Lima. (Fuente MEF, 2012).
  2. El MINDEF, Ministerio de Defensa, ha invertido solamente S/.1,2 millones de un presupuesto para el año 2012 de S/.314,3 millones. Es decir, dicha cifra no representa ni el 1{82a5fdf97087ea38bf007975acd4e3b75849bed844b429893e97f51aee4a32bb} del total del presupuesto para dicho Ministerio. (Fuente Propuesta Ciudadana).

Otro ejemplo fue la creación del “Programa de Gestores para el Desarrollo Local” por el Congreso de la República en febrero de este año. Supuestamente el fin de dicho programa era promover un “verdadero acercamiento” de los congresistas con los pobladores de los distritos más pobres del país. Sin embargo, todo indica que dicho programa era una agencia de empleo para miembros del partido de Gobierno, Gana Perú, y, por dicho motivo, fue “suspendido”. Cabe precisar que su presupuesto fue de casi S/.9 millones (Congreso de la República del Perú, 2012).

A nivel internacional también existen ejemplos de una mala “gestión” – un claro ejemplo de ello es la crisis económica actual la cual tiene como una de sus múltiples causas el pésimo liderazgo de los empresarios quienes «anteponen el riesgo y los potenciales beneficios a la ética y la sostenibilidad y, sobre todo, los propios intereses al bien común” (Nicola Pless y Thomas Maakv, 2010).

Sin embargo, los dos últimos ejemplos hacen referencia, principalmente, a los valores y principios de quienes “gestionan” y no a un “error” de gestión  por “ineficiencia”. Es decir, debemos diferenciar entre los conocimientos, herramientas, técnicas entre otros, que los estudiantes reciben en las aulas dentro de su formación profesional y aquello que se “aprende en convivencia” desde la niñez en el hogar, en el barrio, en el colegio; es decir, desde la socialización primaria. Otro factor a tener en cuenta es la formación de sí mismo que cada ser humano lleva a cabo a lo largo de su vida y que se traduce en la integridad que demuestra en estas situaciones.

Es decir, la ética es igual de importante o más que los conocimientos para el “qué hacer profesional” siendo pieza clave en cualquier proceso de gestión los principios y los valores del profesional porque la organización de la cual uno es parte, o será parte, deben tener como finalidad generar bienestar para quienes conforman la organización y para la sociedad. En consecuencia todo proceso de gestión así tenga los mejores objetivos o el mejor de los resultados si tiene cualquier tipo de costo humano… no sirve.

La mayoría de Universidades se enfocan en el aspecto académico pero son pocas quienes la complementan con la formación “humanista” como lo hace la Pontificia Universidad Católica del Perú. En nuestra casa de estudios, la carrera de Gestión, aunque suene vanidoso decirlo, es una carrera “multidisciplinaria” porque abarca aspectos importantes de diversas especialidades como derecho, economía, administración, sociología, entre otras. Sin embargo, el aprendizaje no es exclusivamente en el aula sino también en interacción con los demás donde lo “humano” también establece diferencias por la calidad de persona que es el profesional.

Dentro del proceso de aprendizaje, como persona y profesional, uno se puede equivocar, tener errores pero así como errar es humano también lo es aprender de sus equivocaciones y rectificarse lo cual enaltece a la persona. Si algunos creen que al terminar su carrera en las aulas ya terminaron su aprendizaje… se equivocan porque no debemos de olvidar que el aprendizaje nunca termina y la calidad de persona y profesional siempre se demuestra.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *